Tuesday, November 07, 2006

Petroleras, en el banquillo


EL GRUPO MORENO CONTRA LA DESREGULACION ENERGETICA
Petroleras, en el banquillo
El Grupo Moreno presentó un amparo por inconstitucionalidad de normas que permitieron la apertura del mercado de hidrocarburos y la venta de YPF. También una denuncia por evasión de las petroleras.



El cineasta Fernando “Pino” Solanas junto al Grupo Moreno arremeten contra la desregulación energética.


Por Fernando Krakowiak


El Movimiento por la Recuperación de la Energía Nacional Orientadora (Moreno) presentó ayer una acción de amparo ante la Justicia solicitando la inconstitucionalidad de la Ley de Reforma del Estado y de los decretos 1055, 1212 y 1589 que habilitaron la desregulación del sector energético y la posterior privatización de YPF. “Así como se anularon las leyes de obediencia debida y punto final, hay que voltear el estatuto del vaciamiento y del mayor latrocinio del país”, aseguró el cineasta Fernando “Pino” Solanas, presidente del Moreno. Además, la entidad formuló una denuncia penal por evasión fiscal contra las petroleras Repsol, Shell, Pecon y Esso, a las que acusa de transferir al exterior ganancias no declaradas ante la AFIP.


El economista Félix Herrero, integrante del Moreno, aseguró a Página/12 que los decretos 1055, 1212 y 1589, dictados por el gobierno de Carlos Menem entre octubre y diciembre de 1989, son considerados “la matriz legal que posibilitó la privatización del sistema energético. Por eso apuntamos ahí”. Con el argumento de promover el desarrollo y ejecución de planes destinados a incrementar la producción nacional para asegurar el autoabastecimiento, el decreto 1055, redactado por el entonces ministro de Obras Públicas Roberto Dromi, autorizó el agrupamiento de zonas de explotación que registraban un reducido nivel de producción y habilitó la participación del capital privado.


La norma preveía la adjudicación de esas zonas, a través de un concurso público internacional, a las empresas que ofrecieran el mayor monto y no, por ejemplo, a quienes aseguraran mayores niveles de producción con técnicas de explotación capaces de preservar los recursos y el abastecimiento del mercado interno, requerimiento que, según sostienen los especialistas, hubiera permitido proteger las reservas. En las zonas donde YPF registraba un mayor nivel de producción, la norma propició, en cambio, la asociación con capitales privados.


Por su parte, el decreto 1212 liberó los precios en cada una de las etapas de comercialización posibilitando que los valores internacionales fueran tomados como referencia para el mercado interno. Además, transformó los contratos de locación en concesiones. Por último, el decreto 1589 estableció, entre otras cuestiones, la libre disponibilidad del 70 por ciento de las divisas generadas por la explotación.


El abogado Salvador María Lozada, patrocinante del amparo, aseguró ayer que esos tres decretos, los cuales continúan rigiendo con leves modificaciones la política petrolera, “son incompatibles” con las normas específicas vigentes en el sector desde la década del ’60 y agregó que “la inconstitucionalidad se tornó aún más palpable con la reforma de la Constitución de 1994, que introdujo la obligación de preservar y cuidar los recursos naturales y condena su explotación abusiva”. La acción de amparo por “inconstitucionalidad” fue presentada ante el fuero en lo Contencioso Administrativo federal.


El Grupo Moreno presentó también una denuncia penal por evasión fiscal contra Repsol, Shell, Pecon y Esso. “Sacaron del país más de 4000 millones de dólares, pero sólo declararon poco más de la tercera parte de esa suma”, afirmó Fernando “Pino” Solanas. Esta denuncia se basa en la investigación realizada por la Comisión de Fuga de Capitales que presidió el entonces diputado y actual titular del Correo Argentino, Eduardo Di Cola. En la denuncia, formulada en el Juzgado Federal Nº 10 a cargo del juez Julián Ercolini, también se responsabilizó a las autoridades del Banco Central y de la Administración Federal de Ingresos Públicos “por no haber realizado ningún tipo de investigación”.

Monday, November 06, 2006

Polémica por un proyecto de hidrocarburos

LA SITUACION ENERGETICA : CON LOS VOTOS DEL OFICIALISMO, DIPUTADOS LE DIO MEDIA SANCION A LA PROPUESTA DE DESGRAVAR A EMPRESAS PETROLERAS

Polémica por un proyecto de hidrocarburos

En la sanción de ayer de Diputados de desgravar tareas de exploración petrolífera, el oficialismo puso los votos a favor y la oposición las palabras. El tiempo dirá quien ganó. Si el kirchnerismo y sus aliados (sumaron 121 votos), o la visión coincidente opositora (74 votos) de que, en materia de hidrocarburos, la política de Kirchner es igual a la de Menem.Producto de la ansiedad ante el riesgo de una grave crisis energética en un futuro cercano, el proyecto del Poder Ejecutivo remitido a Diputados el año pasado —con la firma también del entonces ministro Roberto Lavagna—, aguardó quince meses para llegar a las bancas. El paso inicial era obligado porque por imperativo constitucional Diputados debe tratar en primer lugar todo proyecto referido a impuestos.Ayer mismo, el Senado —que deberá tratar este proyecto— aprobó estímulos comparables para actividades generadores de otras fuentes de energías alternativas como la eólica y solar, sanción remitida a Diputados y que se cruzó con la otra.Esta ley en trámite crea regímenes para la exploración y explotación de los hidrocarburos en la plataforma continental, en cuencas sin producción y también en las cinco que producen. Determina que la empresa Energía Argentina Sociedad Anónima (ENARSA) "deberá formar parte en asociación del permiso de exploración y de la posterior concesión de explotación", a menos que renuncie a hacerlo. Ese es uno de los puntos sobre los que machacaron desde la oposición porque la empresa nacida también con resistencia hace dos años no cumple el papel que la propia ley de creación le dio.Los beneficios propuestos incluyen IVA, Ganancias y exenciones en el pago de los derechos de importación.La kirchnerista Roxana Bertone, titular de la comisión de Energía, leyó una corta intervención de apoyo. Luego, el presidente de la comisión de Presupuesto, el ex lavagnista Carlos Snopek, justificó la norma para "facilitar inversiones". El mendocino Alfredo Fernández criticó sin nombrar al gobierno de Raúl Alfonsín por los cortes de luz obligados en la crisis de hace dos décadas y habló a favor.El diputado vinculado a ATE Claudio Lozano lamentó que Kirchner no cumpliera su palabra de retirar el proyecto "que bonifica a los responsables del saqueo". Dijo que de las 19 empresas del sector, 17 son extranjeras, con ganancias que cuadriplican las de las 200 más grandes empresas nacionales."Néstor Kirchner es absolutamente coherente con lo realizado en los años noventa" dijo la arista Fabiana Ríos como para subrayar lo que ya habían sostenido otros oradores. Uno de ellos fue el entrerriano Juan Carlos Godoy (Concertación Entrerriana) quien recordó que el actual secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, fue el diputado neuquino menemista que en 1992 fundamentó la privatización de YPF. Hubo otros discursos pero también hubo más votos.


LA SECRETARIA DE ENERGIA INFORMO QUE SE PRODUJO UNA FUERTE BAJA EN 2005

Caen las reservas de gas y petróleo

El último dato oficial refleja un importante retroceso de casi un año en las reservas de petróleo y de 1,6 en las de gas. Ahora alcanzan para 8,2 y 8,6 años, respectivamente. Antes de la privatización de los hidrocarburos había gas para 35 años.
La tendencia de pérdida de reservas no se detuvo el último año, pese a las advertencias oficiales.
Por David Cufré
Las reservas de petróleo y gas sufrieron una fuerte caída. De acuerdo con datos oficiales que acaba de publicar la Secretaría de Energía, las primeras alcanzaban a fines de 2005 para cubrir 8,2 años de consumo. Un año antes, al 31 de diciembre de 2004, había crudo para 9,1 años. La situación en el gas es todavía peor: la baja fue de 10,2 años en 2004 a 8,6 años en 2005. Los datos permiten extraer dos conclusiones: la primera es que la tendencia de disminución de reservas que comenzó con la privatización de los hidrocarburos no se detiene y, en segundo lugar, los problemas en el campo energético son cada vez más profundos y extendidos. El Gobierno viene advirtiendo a las petroleras de que podría aplicarles duras sanciones si no invierten, pero no consiguió con ello frenar el derrumbe.
El informe oficial es del 22 de agosto último. Las reservas comprobadas de petróleo retrocedieron entre 2004 y 2005 un 11,4 por ciento (de 393,9 millones de metros cúbicos a 349,1 millones, hasta el final de la vida útil de los yacimientos), mientras que las probables lo hicieron un 2,0 por ciento (de 156,4 millones a 153,3 millones). Las bajas en el gas fueron más notables, de 19,0 por ciento en las reservas probadas (de 541,8 miles de millones de metros cúbicos a 438,9 miles de millones) y del 5,3 por ciento en las probables (de 262,7 miles de millones a 240,8 miles de millones).
Al momento de las privatizaciones, había reservas de gas para 35 años y de petróleo para 13. El constante drenaje coincidió con la política de las principales empresas, avalada por los distintos gobiernos, de incrementar sus exportaciones. El ejemplo más contundente de esa estrategia es que en los últimos quince años se tendieron nueve gasoductos para llevar el fluido a Chile y no se construyó ningún gasoducto troncal para el mercado interno. El 40 por ciento de la población argentina carece de gas natural, entre ellos, amplias zonas del conurbano bonaerense, el norte de Santa Fe y la mayor parte del Noreste y Noroeste.
Félix Herrero, experto del grupo Moreno que pide la prohibición de las exportaciones de hidrocarburos, señaló que Repsol YPF tiene una muy baja tasa de recomposición de reservas, de sólo el 18 por ciento. Esto quiere decir que repone con nuevas inversiones en exploración apenas ese porcentaje de todo lo que extrae. “Las grandes petroleras del mundo superan el 100 por ciento”, comparó Herrero. También se quejó porque el Gobierno mantiene el sistema de registración de reservas que fue establecido durante el menemismo: que las empresas las informen por simple declaración jurada.
Un grupo de seis empresas de consultoría internacional auditan esos datos. Nunca hicieron correcciones importantes a esos datos. El único cambio que introdujo la actual administración fue obligar a las petroleras a revelar sus reservas una vez al año, en lugar de cada dos años como era anteriormente. Pero el Ejecutivo nunca accedió a la intervención de otros auditores ni avanzó para crear un cuerpo de inspección estatal. Aquella única modificación se produjo luego de que Repsol YPF hizo un recálculo de sus reservas mundiales a partir de la amenaza de Bolivia de denunciar a la compañía ante la Bolsa de Nueva York, porque estaba computando como propias reservas concesionadas. En Argentina, eso se tradujo en una caída de las reservas del principal yacimiento de gas, Loma de la Lata, en más de un 20 por ciento.
Aunque las reservas de petróleo alcanzan supuestamente para 8,2 años y las de gas para 8,6, entre los especialistas se debate en qué momento el país se convertirá en importador neto. En la actualidad, todavía se exporta más de lo se importa. Esa situación podría cambiar en dos o tres años, según visiones más o menos pesimistas, pero en todos los casos el diagnóstico es preocupante. Herrero advirtió que “las petroleras utilizan la crisis que ellas mismas provocaron para pedir beneficios en nuevos proyectos de exploración”. Según su visión, la nueva Ley de Hidrocarburos que ayer debatió la Cámara de Diputados (ver página 4) “les hace el juego” a esos intereses. “Las empresas obtienen exenciones y rebajas impositivas para nuevos proyectos, cuando en el mundo la tendencia es cobrarles más a las petroleras por la suba del precio internacional”, comentó el especialista. En ese sentido, mencionó que Rusia y Argelia acaban de aumentar los impuestos a las empresas que operan en esos países.
La retracción de reservas de petróleo y gas, reconocida por la Secretaría de Energía, se produce en el mismo momento en que se profundizan las dificultades en el mercado eléctrico y se acumulan denuncias de desabastecimiento de gasoil. Todo el cuadro energético aparece como una eventual limitante al crecimiento económico, por lo menos al ritmo de 8 o 9 por ciento anual de los últimos cuatro años.

Polémico proyecto de promoción de exploraciones, con media sanción

La Cámara de Diputados aprobó el proyecto que exime de impuestos y derechos de importación a las petroleras privadas para alentarlas a invertir en exploración. Cuestionamientos de la oposición. Los inversores deberán asociarse con Enarsa.
Esta vez con pocos aliados, el oficialismo logró la aprobación del proyecto con 121 votos.
Por Miguel Jorquera
La Cámara de Diputados le dio media sanción al régimen de promoción de exploración de hidrocarburos a través de exenciones impositivas, que van desde “diferir” el IVA y el impuesto a la Ganancias hasta eximir a las empresas petroleras de la Ganancia Mínima Presunta y de derechos de importación. Claro que para acceder a los beneficios, las compañías deberán asociarse con Enarsa, que a su vez permitirá subdividir las áreas ya adjudicadas para incorporarlas al nuevo esquema impositivo para el sector. Casi todo el arco opositor equiparó el proyecto oficial de entrega de subsidios a las petroleras –cuyos montos todavía se desconocen– con el “saqueo” que significó la privatización de YPF, además de cuestionar el papel de Enarsa, que será la que tendrá las llaves para la selección de los beneficiarios y sus futuros socios.
El texto definitivo del proyecto, después de varias modificaciones, estuvo recién redactado al mediodía –apenas unas horas antes de su tratamiento– y el oficialista Frente para la Victoria necesitó tres miembros informantes para fundamentar el régimen de promoción de exploración de hidrocarburos a través de exenciones impositivas.
La fueguina Rosana Bertone, presidenta de la Comisión de Energía y Combustible, justificó la iniciativa en la necesidad de aumentar las alicaídas reservas de gas y petróleo, que la “participación de Enarsa es la garantía obligada para el Estado” y esgrimió que “la asociación con Enarsa en la subdivisión de áreas “le permite ingresar en las áreas ya concesionadas a privadas y recuperarlas para el Estado”. Su intervención cosechó tibios aplausos.
En tanto, el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el jujeño Carlos Snopek, se encargó de explicar que las compañías que exploren no estarán exentas de todos los impuestos: “el IVA y el impuesto a las Ganancias se pagarán en forma diferida” cuando exploten los recursos explorados, aunque los beneficiarios del régimen de promoción si gozarán de la exención de los impuestos a la Ganancia Mínima Presunta y de derechos de importación.
El primero en criticar el proyecto oficial fue el diputado de la CTA Lozano Claudio, que compartió su tiempo y un dictamen en minoría con el entrerriano Lucio Godoy. Lozano cuestionó “el uso de más recursos públicos para explorar, el único riesgo que tienen las compañías petroleras, que han tenido una explotación depredatoria, y exportación intensiva, pero no invirtieron un peso en explorar. Esta es la estrategia del Estado bobo”, afirmó. Luego el representante de la central sindical criticó al Gobierno, que mientras “cobra impuesto a las Ganancias a los trabajadores petroleros, exime del mismo impuesto a las empresas petroleras”. Lozano cerró su intervención responsabilizando al “Congreso de convalidar la depredación vigente y los 15 mil millones de dólares anuales de renta petrolera que se van del país”.
La UCR, que había planteado algunas disidencias sobre el proyecto, terminó por oponerse de plano a la iniciativa oficial. Miguel Giubergia, de la UCR de San Luis, hizo referencia a la inclusión de un IVA (del 11,5 por ciento a las harinas) “al pan mientras se desgrava impositivamente a las petroleras”. El justicialista Nacional Jorge Sarghini criticó “la negación del Gobierno sobre la crisis energética” y la “falta de modelo energético” y calificó como “muy mal proyecto” la iniciativa que “no promueve emprendimientos sino empresas”, que “son los dueños del negocio”.
Elisa Carrió fue otra que se sumó al coro de críticas al proyecto. Después de repasar las crisis mundiales, Lilita igualó el proyecto oficial con “la entrega de YPF”, y dijo que mientras la Argentina subsidia a las compañías, como la española “Repsol que con la renta que produjo la explotación de petróleo en la Argentina financia exploraciones en Europa y Africa”. El jefe del bloque del ARI, Eduardo Macaluse, le puso título periodístico a la sesión de ayer en diputados: “Aumenta el pan y entregan subsidios a las petroleras” y pidió la creación de una comisión bicameral de seguimiento del tema petróleo.
La derecha parlamentaria también cuestionó los alcances del proyecto. Alicia Comelli (Movimiento Popular Neuquino) se opuso a que Enarsa sea la “única” encargada de sellar los acuerdos para la exploración con los privados, relegando a las “empresas estatales provinciales”, con un argumento estatista: la suma del 50 por ciento que las compañías tendrán en la sociedad, sumados al 35 por ciento que tienen de las acciones de Enarsa, los privados se quedarán con la mayoría del paquete del negocio”. Aunque esta vez con pocos aliados, el oficialismo consiguió 121 votos contra 74 de la oposición para darle media sanción a una ley polémica.

Sunday, November 05, 2006

HACIA UNA POLITICA ENERGETICA NACIONAL

1.
El marco: el modelo económico neoliberal

Desde el inicio del plan de convertibilidad, en 1991, la deuda pública se duplicó y la privada se decuplicó, hasta alcanzar los 35.000 mil millones de dólares. Entre 1993 Y 1998 la deuda externa (suma de la deuda publica y la privada no financiera) pasó de 76.700 a 139.000 millones de dólares, y las previsiones para 1999 señalaban un nivel que oscilaba entre los 150 y 160 mil millones. En 1998 la deuda estatal representa el doble de los recursos tributarios de la Nación y los pagos por intereses un tercio de las reservas en oro y divisas del país y la mitad del déficit en cuenta corriente. En ese momento la elite Argentina tenia colocados en el exterior cerca de 130.000 millones de dólares.
Este resultado, puesto en términos financieros macroeconómicos, no corresponde a errores sino que es consecuencia del propio sistema en su variante neoliberal, impuesto a sangre y muerte por la dictadura militar, política económica que se prolonga desde entonces a través de los sucesivos gobiernos, donde Menem se lleva la cruel y miserable gloria de ser quien por encima de toda legalidad, impune hasta la fecha, más hizo por dilapidar el patrimonio material y cultural del pueblo argentino.
La Argentina pasa a ser, desde entonces, el único país en el mundo que, por decisión conjunta de los intereses de una minúscula minoría del poder económico local y los grupos multinacionales más concentrados, se suicida industrialmente hasta tal medida que el valor del producto bruto per capita industrial en 1974, con una población de 24 millones de habitantes, es aún un 30 % mas alto que el actual, 28 años después, siendo entonces más de 3.800.000 el número de trabajadores industriales. Actualmente, con una población de 37 millones, no se supera el millón ochocientos mil trabajadores.
Esto significo la desaparición de decenas de miles de fabricas y la destrucción del tejido productivo, que ha convertido al país en un exportador de productos primarios como a comienzos del siglo veinte, llevando la tasa de desocupación inferior al 5 % a más del 21 % y a una pérdida de la mitad del poder adquisitivo del salario. Conlleva la destrucción del mercado interno y el alcance de una cifra aterradora: la mitad de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza mientras que el 10 % más rico gana más de 170 veces de lo que recibe el 10% más pobre.
Una cantidad mayor de población consume menos de lo necesario y sufre hambre real en un país que produce alimentos para satisfacer a más de 300 millones, mientras una elite de privilegiados y especuladores coloca fondos en el exterior al mismo tiempo que la deuda externa aumenta a razón de intereses usurarios y confiscatorios a valores incompatibles con las obligaciones constitucionales de atender prioritariamente a las necesidades de la población en materia de salud, trabajo, educación, vivienda, cultura.
Las herramientas empleadas fueron y son impuestas por el FMI, el Banco Mundial, y el G7; así fue la desregulación total de la actividad económica, la privatización de las empresas de propiedad estatal, la desnacionalización de las empresas públicas, la apertura indiscriminada, la convertibidad, el achicamiento del Estado, el ajuste permanente, el déficit cero, el endeudamiento eterno,.
El presentado déficit fiscal, según el discurso neoliberal, obedecería básicamente al mal desempeño de las empresas públicas, atribuyendo el problema a la evasión impositiva y al mal manejo del Estado, por lo que la culpa sería de los empleados públicos, los jubilados y los malos ciudadanos, desde su condición de trabajadores de pequeñas y medianas empresas, comerciantes, trabajadores autónomos, monotributistas, etc., burlan al fisco provocando el déficit fiscal que soporta el país. Hay que aclarar aquí que las grandes empresas, especialmente las extranjeras, nunca fueron blanco de investigaciones por elusión de tributos. Es cierto que la cultura tributaria argentina es escasa, pero también es cierto que los pequeños empresarios y la mayoría de los trabajadores independientes, acorralados por la carencia o el elevado costo del crédito y también a veces por la contracción de los mercados. burlan al fisco como única forma de financiar sus actividades, mientras que los sectores de más altos ingresos, tienen una presión fiscal mucho menor. Además hay que aclarar que los argentinos destinan cada vez más impuestos al pago de los intereses de la deuda.
La perversa interacción entre endeudamiento, déficit fiscal y comercial se combinó con procesos de degradación que abarcaron el aparato estatal y al conjunto de la sociedad. El Estado redujo su dimensión y peso económico, quedando sometido a las manipulaciones del capital financiero internacional y a los grupos económicos concentrados locales; las privatizaciones se convirtieron en desnacionalizaciones ya que numerosas empresas locales pasaron a manos de capitales extranjeros. Hay que recordar que los representantes de fondos privados de inversión resumen sus exigencias para hacer negocios en la Argentina a la obtención de retornos anuales que superan el 30 %. Esto queda confirmado con los beneficios obtenidos por las empresas que hoy manejan los servicios públicos, o las grandes ganancias obtenidas por los grupos financieros a través de la pesificacion y medidas que convierte deuda privada en pública.
El ciudadano que paga comunicaciones telefónicas al doble de los precios internacionales, intereses usurarios por atrasos en sus tarjetas de crédito, insólitas comisiones a las administradoras de fondos de jubilaciones y pensiones, o es golpeado por las arbitrariedades de las empresas eléctricas u otras que cobran mucho e invierten poco o nada, quedó sometido a la lógica depredadora que solo puede ser ejecutada con la complicidad de los gobiernos.
Argentina se encuentra en una profunda recesión única en el mundo, aplastada por sus deudas, empobrecida y con su aparato productivo profundamente degradado. Si bien una parte de esta situación se debe a factores externos no podemos dejar de considerar el grado de intervención que han tenido las estructuras locales de poder. La transferencia de recursos fiscales, convergente con la desarticulación de la seguridad social, si bien fue presionada por el FMI, el Banco Mundial y grupos financieros internacionales, no es poco cierto que la decisión final fue de nuestro gobierno, con el apoyo por acción u omisión de los dirigentes de distintos sectores nacionales. Esta dinámica implica aceptar el esquema colonial y resignar nuestro poder de decisión o soberanía interior, con todo lo que ello implica en los niveles político, económico y social. La deuda externa se triplico, la mayor parte del patrimonio publico se ha vendido y desnacionalizado, las exportaciones siguen siendo productos primarios o con un mínimo valor agregado, pero tecnológicamente atrasadas. La estructura energética, educativa y sanitaria se han degradado profundamente. La clase política está deslegitimada y, por sobre todas las cosas, hay una profunda crisis de representatividad.
Lo anteriormente explicitado en apretada síntesis implica lisa y llanamente una nueva colonización, no necesitando para ello intervenciones militares, ni ocupación territorial como en la época del imperio anglosajón, sino que se realizan por las acciones de los organismos internacionales de crédito, el capital financiero global, los grupos locales concentrados, y la complicidad gubernamental.
Desde la óptica neoliberal no hay margen de maniobra para otro tipo de política; estamos frente a la idea del pensamiento único, hegemónico, pero hay que decir que hay otras alternativas. Él déficit fiscal podría reducirse mediante una acción enérgica contra la evasión de las grandes empresas y una reforma tributaria que aumente la carga a los sectores de altos ingresos. Hay que reimplantar las contribuciones patronales, recuperando los aportes de los asalariados para el sector público, evitando de esta manera la obscena transferencia de ingresos hacia las AFJP. Se necesita un sistema de contribuciones escalonadas prioritariamente diseccionadas hacia las grandes empresas, para que el incremento de las cargas patronales no afecte a las medianas y pequeñas empresas por ser las principales creadoras de empleo. También se debe reimplantar el salario universal de modo que aquellos que están por debajo de la línea de pobreza dejen de estarlo, estableciéndose una política activa de inclusión, y además permitiría que se logre autonomía en cuanto al gasto, de forma que dejen de ser presas de prácticas clientelísticas. El País debe recuperar su capacidad de intervención positiva estableciendo ventajas crediticias para las pymes, y se debe reducir la carga fiscal de los grupos de menores recursos mejorando su nivel salarial. Se trataría de un proceso de políticas activas para reactivar la demanda; con estas medidas de corto plazo hay que implementar políticas de largo plazo, y estratégicamente urgentes, como el desarrollo en manos del Estado de la energía, la educación pública, la salud y la vivienda económica. Todo lo anterior apunta a una justa redistribución del ingreso, la defensa de la producción local, y el mejoramiento de las finanzas publicas, diversificando también el comercio exterior con la incorporación tecnológica.
Propuestas de este tipo implican una reconstrucción del Estado y de la sociedad. Requiere redefinir el papel de las grandes firmas extranjeras, la especulación global de la economía, la anulación de contratos de concesión y la modificación de la situación jurídica actual de las empresas privatizadas, que hoy funcionan con beneficios obscenos. La falta de ideas, o mejor dicho la miseria de las mismas, aumenta el desapego de la ciudadanía por la clase política, produciendo la llamada crisis de representatividad y deslegitimación de la dirigencia, sea esta política, empresarial o sindical.

2.
El modelo energético alternativo:
La energía como derecho humano esencial
Los derechos humanos definidos como las libertades primarias (el derecho a la vida, los derechos políticos, en el sentido histórico del termino) son incompletos. Hay derechos irrenunciables, como el acceso al trabajo, a la cultura, a la información, a una vivienda digna, a un salario universal (para que ningún ciudadano quede por debajo de la línea de pobreza y a través del mismo tenga la suficiente autonomía para no caer en manos de políticas asistenciales falaces y mentirosas que lo arrojen en manos del asistencialismo político), a la educación, a la salud.
Todos estos derechos hoy se encuentran internalizados en cada uno de los ciudadanos de nuestro país; pero hay uno, el derecho a la energía, que ha sido dejado ex profeso de las mesa de discusión, como la propia energía nacional y que por eso no ha sido tomado como razón de Estado, siendo básico para poder dar cumplimiento a los otros derechos mencionados.
La energía es a la infraestructura básica de un país, como lo es la educación al desarrollo. El acceso a la energía permite que se cumplan otros derechos, como la prevención de la salud y la plena capacidad de aprendizaje. Sin energía no hay industria, sin industria no hay fuentes de trabajo, sin trabajo no hay dignidad, sin dignidad no hay justicia, y sin justicia solo hay impunidad.
Es necesario la formulación de un nuevo modelo de país, de una nueva estructura social, de nuevas metas nacionales y regionales que implique un contrapoder a la hegemonía imperial que permita a nuestros países liberarse de la voracidad del poder económico globalizado.
Hay que construir una nueva concepción de la unidad Latinoamérica, refundar el Mercosur sobre las bases de atender las necesidades de sus pueblos lo que haría crear un bloque económico y cultural sin precedentes, como paso hacia la integración bolivariana como forma de luchar por la plena independencia y el crecimiento de sus habitantes.
Esto es una condición básica y primordial para tener masa crítica para los cambios necesarios, en nuestro País y en la región, con el fin de impedir la repetición de intervenciones armadas y golpes de Estado instrumentadas por los países centrales. Es necesario precisar algunos requisitos que el sector energético y el Estado deben concretar, en el marco de la crisis por la que pasa nuestro País, y esos deben ser aquellos que privilegien el desarrollo de los intereses nacionales dentro de un contexto regional que beneficie a los países y no a los grupos económicos concentrados, que sean geográficamente equilibrados y socialmente equitativos.
Las políticas de Estado aplicadas por el actual gobierno benefician a los grupos económicos de siempre volviendo a producir una feroz transferencia de ingresos de los que menos tienen hacia los que más poseen, licuando las deudas de las empresas, para una nueva estatización de la deuda privada que caerá nuevamente sobre las espaldas del pueblo.


3.
Condiciones a cumplir para un desarrollo energético nacional

De las profundas crisis, como la que estamos viviendo, también surgen las grandes oportunidades, para lo cual hay que tener la suficiente movilidad y capacidad de acción para poder aprovecharlas. En nuestro sector energético, a través de numerosas organizaciones se está desarrollando a lo largo de todo el país, la tarea de concientizar a la sociedad sobre el tema energético enarbolando la bandera de la energía como derecho humano esencial, sin el cual no pueden existir otros derechos: La renta que hoy produce el sector es beneficio absoluto de los grupos económicos que la colocan en los centros financieros internacionales. Esta renta debe volver a la Nación para que el Estado la oriente a la producción industrial y agropecuaria, a las actividades de alta tecnología y valor agregado, y a la creación de nuevos puestos de trabajo.

La fragmentación operada a favor de las empresas en el campo energético convirtió al servicio público estratégico y sensible en una simple mercancía generadora de negocios de altísima rentabilidad. Este modelo no responde a la naturaleza física de los sistemas, ni a los requisitos de seguridad y de reservas, ni a un óptimo económico en la operación de los mismos. Se debe retomar la planificación centralizada, la que implicaría crearse una institución de alta calificación técnica y científica que revise y supere la situación actual del sector.
Lo anterior indica claramente que deben revitalizarse las instituciones de investigación y desarrollo de ciencia básica y aplicada, que fueron desactivadas por el neoliberalismo nativo, en particular las relacionadas con el sector energético: CNEA INCYTH, INTI, CONICET, el laboratorio de YPF, etc. Se deberán crear nuevos organismos para la protección del medio ambiente, el estudio del clima, la investigación, producción y puesta en operación de fuentes alternativas y, en general, para la utilización racional de la energía. La formación y capacitación de excelencia es prioritaria para el sector, debiendo ser ésta una actividad prioritaria del sector por sí o por convenios con centros tecnológicos de avanzada y universidades en todo el País.
La situación que se describe significa recuperar para el pueblo las palancas fundamentales para el desarrollo de la Nación y de cada una de sus provincias y regiones: como los recursos energéticos, la moneda, la banca oficial, las comunicaciones, el transporte. La energía deberá manejarse mediante un ente federal de planificación y regulación para que solvente los proyectos, emprendimientos y el equipamiento tecnológico del sector, y todo lo relacionado con la preservación ambiental.
Por lo anterior se sobreentiende que lo que sé esta describiendo es una estructura planificada del sistema energético, que rechaza la desregulación del mismo y los seudos sistemas regulatorios destinados al beneficio de las empresas concesionarias, lo que implica el abandono de la actividad en manos de monopolios y oligopolios, solo interesados en la maximización de sus ganancias.
En ente a crearse debe integrar a los sectores dinámicos de la sociedad y del Estado: las Universidades nacionales, los usuarios, los trabajadores representantes del comercio, la industria y el agro.
Hay que eliminar el concepto de “commodity” que se ha intentado introducir para los bienes energéticos, aplicado al conjunto de los recursos no renovables, susceptibles de exportación, y debe reimplantarse el uso conservativo de las fuentes primarias, reconociendo que por su carácter estratégico y escaso pertenece a varias generaciones de argentinos. La explotación de las mismas debe excluir los contratos de concesión, perimidos mundialmente hace mas de cincuenta años en el sector petrolífero.
Ello implica darle impulso a todo aquel emprendimiento energético que utilice recursos renovables, no solo mediante emprendimientos a nivel País sino integrándonos con otros países de la región a través de interconexiones y producciones conjuntas.
Vale a la altura de este desarrollo, a manera de ejemplo, detenernos un poco y hacer mención a la privatización más desastrosa, leonina y perjudicial para el pueblo, como fue la de YPF: desde que se privatizo Y.P.F su política empresaria consiste en, explorar poco, extraer mucho y exportar lo máximo posible, mas allá de lo que permite un manejo racional y prudente de un recurso natural no renovable y escaso. Argentina, tiene reservas comprobadas para 9 años, contra 14 de Brasil, 32 para Ecuador, 45 para México y 67 para Venezuela.

Estos son aspectos de privatización ruinosa del país, que compromete seriamente sus reservas y pone en cuestión todo el proceso privatizador.

A Argentina le cuesta producir un barril de petróleo en promedio alrededor de 3 dólares incluyendo los costos de exploración, que las empresas privatizadas no realizan haciendo uso de las inversiones anteriores. Sin embargo, la empresa vende en el mercado interno al precio internacional de 27 dólares (lo ha vendido a 35 dólares el barril), lo que impacta en el elevado precio de la nafta que el consumidor debe pagar como uno de los más altos del mundo. Los argentinos pagamos la nafta como si este país fuera importador de petróleo o de combustibles.

Como recurso natural no renovable es fundamental aplicar a la explotación petrolera un criterio de desarrollo nacional y de reparto equitativo entre las generaciones. No es justo que para obtener el mayor lucro posible tan rápido como se pueda, se deje a un país sin reservas y a las generaciones futuras sin recursos. No es posible que la renta del recurso nacional sea apropiada por las empresas concesionarias.

Es probable que nuestro país se quede sin petróleo en pocos años, no solo como efecto de una política absurda de gobierno sino para que, lo que es peor aún, para que Repsol obtenga más ganancias.

Es necesario y urgente, ya que existen fundamentos más que valederos, revisar y anular todos los contratos de privatización, con miras a que la sociedad rescate de las manos de estas empresas concesionarias que maximizan los beneficios inmediatos a costa del agotamiento de nuestras reservas. Siguen remiten enormes ganancias que transfieren a sus países de origen para sus colocaciones financieras sobre la base de la depredación de nuestros recursos naturales.

La creación de un ente federal ( Empresa Nacional de Energía) como el que mencionamos anteriormente, que hoy no existe, que incluya el ciclo de los hidrocarburos y las demás fuentes energéticas, resulta fundamental aún con la existencia de las empresas del Estado.

Estamos convencidos que si se investigara seriamente se explicitarán las conductas que incumplen leyes, lo que señalaría el carácter doloso de la privatizaciones energéticas.

La historia de la energía es la historia del hombre. El siglo xix fue el siglo del carbón, el xx y quizás el xxi sean los del petróleo. No por casualidad tres petroleras están entre las 10 empresas más grandes del mundo. En su momento la YPF estatal fue una de las 50 más grandes.

Al siglo 21 se lo ha definido como el siglo del conocimiento y de la creatividad. Estos recursos de la energía intelectual son las más preciadas ventajas relativas de un país, y si se combinan con otros, como la abundancia de alimentos y de recursos energéticos, visualizamos perspectivas potenciales de desarrollo que nuestro país tiene en la medida que tomemos conciencia, como parece indicar la irrupción bellamente caótica del pueblo ocupando las calles y diagramando asambleas populares donde se esta debatiendo los principios de una nueva sociedad que esperamos más democrática, más justa, más solidaria y más participativa.

En lo inmediato es posible construir nuevos espacios, que faciliten acciones más profundas sin poner limites a las posibilidades de grandes transformaciones futuras, como serán las nacionalizaciones de los recursos energéticos.


4.
Veinte propuestas dirigidas a un modelo energético alternativo

1.- Nacionalización de las fuentes de energía sobre la base que su dirección y control deben estar en manos del pueblo. Es decir que se establezca el control social en un sentido amplio para que se ejerza el control a través de la inserción de los trabajadores, de los consumidores, del parlamento nacional, de las jurisdicciones provinciales, de las universidades nacionales y otros organismos competentes del ámbito comunitario.


2.- Declaración de que los bienes energéticos son esenciales y estratégicos para la Nación argentina, y que las actividades petroleras, gasíferas y de energía eléctrica son servicios públicos.


3.- Intervención inmediata de todas las empresas privatizadas del sector energético.


4.- Prohibición de la remisión de las ganancias de las empresas energéticas al exterior y obligación de invertir en el país.


5.- Creación de un ente federal planificador e integrador de la energía nacional con participación activa de los sectores dinámicos de la sociedad.


6.- Anulación de la libre disponibilidad de los hidrocarburos.


7.- Anulación del beneficio especial que conservan las compañías petroleras y gasíferas en quedarse con el 70 % de las divisas de sus exportaciones.


8.- La gestión sobre las reservas, los volúmenes de producción y la formación de precios de comercialización corresponden al Estado nacional.


9.- No se privatizarán las centrales hidroeléctricas y las centrales nucleares aún en poder del Estado nacional.


10.- Finalizar con la dilapidación del gas natural que significan las exportaciones hacia el exterior, proyectadas o en ejecución. Accionar contra el sobre equipamiento de generación eléctrica sobre la base de turbinas de gas de ciclo combinado.


11.- Desarrollar una política de aprovechamiento de los recursos carboníferos en función de las nuevas tecnologías, debiendo los Estados nacional y provinciales retomar la conducción estratégica en esta actividad, repotenciando el desarrollo minero y garantizando el mercado nacional para la producción carbonífera con el fin de lograr un recurso armónico en la utilización de los recursos energéticos. Frente al manifiesto fracaso y retiro de las empresas privadas que negociaron con la privatización del carbón de Río Turbio, y antes que la Nación y la provincia de Santa Cruz se hagan cargo de todos los gastos de mantenimiento laboral, se debe exigir el pago del fracaso privatizador a dichas empresas concesionarias.


12.- Rechazar la tercerización que busca formar estructuras paralelas de servicios donde la variable de ajuste es el trabajador contratado con sueldos depreciados y bajo regímenes de otras actividades ajenas al sector energético.


13.- Prohibición del corte de los servicios esenciales (electricidad, agua, gas y servicios sanitarios) por falta de pago a causa de incapacidad de pago, teniendo en cuenta que en nuestro país viven mas de 18 millones de personas debajo de la línea de pobreza. Se deberá promover, planificar y desarrollar la infraestructura necesaria para que en el plazo más breve posible toda la población tenga acceso a los servicios esenciales. Se establecerá la TIS (Tarifa de interés social) en los servicios públicos esenciales y se fomentará el cooperativismo en la distribución de los bienes energéticos.


14.- Las tarifas deben estar en correspondencia con los costos internos y no con los precios internacionales, y permitirán las condiciones de reindustrialización del país.


15.- Reducir las exportaciones de tal modo que se aseguren niveles de reservas de petróleo crudo y gas compatibles con la demanda de los próximos años. Las exportaciones deben garantizar los bienes transferidos cuenten con el máximo valor agregado posible. Es más conveniente y correcto exportar electricidad y no gas o diesel para su generación en el extranjero.


16.- Centralizar toda la gestión científica en un solo ente nacional dedicado a la gestión, investigación, y uso racional para todos los tipos de energía que permita un balance energético óptimo que permita fijar las prioridades y el plan de inversiones.


17.- Creación genuina de nuevos puestos de trabajo y que la incorporación de nuevas tecnologías signifique mejorar las condiciones laborales y la reducción de la carga horaria sin merma salarial.


18.- En función del bajo costo y de la gran cantidad de reserva de agua turbinable disponible en el país, promover el estudio y la construcción de centrales hidroeléctricas, apoyado en estudios rigurosos para minimizar los impactos ecológicos.


19.- Reforzar la investigación y el desarrollo de la energía de origen nuclear, enfatizando las prevenciones acerca de los residuos nucleares y su tratamiento que aseguren los derechos de las nuevas generaciones.


20.- Crear un ente regional en el Mercosur que sea responsable de establecer la coordinación del balance energético regional, las prioridades del sector, el desarrollo de nuevas fuentes y las previsiones de consumo de los próximos años.